Decidir lo que quieres hacer con tu vida, o hacer de tu vida, es, posiblemente, lo más complicado que harás jamás. Después, bueno, tampoco es sencillo, pero al menos tienes un objetivo ¿verdad? Echar a caminar es absurdo, si no sabes hacia donde, pero en el momento que tienes el rumbo marcado por aquello que deseas ser, hacer en tu vida, el camino, esa vida, cobra sentido. La epifanía te viene antes o después, pero te viene si llenas cada estúpido momento de tu juventud de experiencias que forjan tu carácter. ¿Cuántas benditas equivocaciones nos llevaron a sentirnos de tantas formas diferentes?
Tengo una teoría, las personas que tardan mucho en saber qué quieren hacer, es porque han tardado mucho en llenar de ese tipo de experiencias su vida. El tiempo pasa… tú verás. Aunque en realidad, también es absurdo que, cuando tienes 18, 19 o 20 años, decidas, sin saber lo que es la vida, qué quieres hacer con ella. Quizás tendría más sentido empezar a trabajar a los cuarenta o los cincuenta años, cuando ya sabes de que va esto , tienes las ideas claras, y puedes tomar una decisión objetiva sobre lo que quieres hacer, sabiendo, a ciencia cierta que será algo que te llene. Pero ¿y hasta entonces? ¿Qué haces? Solo vivir experiencias, buscarlas, seleccionarlas, dejarlas llegar como vengan, pero ¿cómo? ¿Viajando? ¿Y la familia y los arraigos? El tiempo pasa… tú verás.
Y llegados a este punto llega ese punto del que quería hablar de una fuente inagotable de este recurso que nos forja y nos da perspectiva, es decir, fuente inagotable de experiencias; los campamentos, trabajar con jóvenes en un ámbito completamente diferente al habitual, relajado, mientras hacen de sus días aquello que les gusta, ese preciso y precioso instante en el que son ellos mismos, con sus virtudes sus defectos y su humana naturalidad, a veces cruel, a veces bondad. Una fuente tan al alcance de todos que, ahí está. ¿Aprovéchala no? O no, el tiempo pasa…tú verás.
La mochila cargada, las piernas cansadas, la cabeza con más conocimientos, el corazón, con más sentimientos, encontrados, y a favor, pinchados y llevados a la boca, masticados y repartidos por nuestro cuerpo. Ahora se empiezan a imbricar, en un puzzle que da lugar a la personalidad, una personalidad que a fuego lento golpeas, con más momentos…o lo dejas enfriar y te dejas llevar… pero el tiempo pasa, tú verás.
Y con esto y con todo lo que acabas de leer, pues te digo que yo voy a seguir llenando mi vida de eso, de experiencias, pero yo ya hice lo más difícil, ya decidí lo que quería hacer con mi vida, así que ahora voy a perseguir otras inquietudes mientras disfruto del día a día, o a lo mejor me tumbo en el sofá a ver algún programa de moda…y ahora es cuando tú, si has entendido algo de lo que digo me contestarás, el tiempo pasa, tu verás.
Pero todo esto ya lo sabías ¿verdad? Solo que pensé que igual necesitabas que alguien te lo recordase. Y con alegría y humildad te lo recuerdo, que no te moleste, por favor, que solo quiero agradecerte que hayas dedicado este ratito a leer este recordatorio. Aunque bueno el tiempo es tuyo, y pasa, y lo que hagas con él…
Juan Pablo Iglesias