Scroll Top
S. Vicente Mártir, 2 bajo. 24004 León

EL TIEMPO LIBRE EDUCATIVO

Hoy en día, la sociedad se encuentra en un “non stop´´ fuertemente impulsado por el sistema de vida que llevamos hoy en día. Del trabajo a casa y de casa al trabajo. Esta es una frase la cual hemos escuchado cientos de veces y que, por desgracia, también es una frase que para muchos de nosotros la hemos realizado de forma rutinaria. De lunes a viernes, trabajamos 8 horas diarias y:

  • Para los que tienen hijos: compaginar el trabajo con el cuidado diario que requiere uno o varios menores, les agota toda la energía y tiempo del mundo, dejando ese poco tiempo libre que tienen, y que tanto lo anhelan, para descansar.
  • Para los que tienen estudios: es un verdadero quebradero de cabeza para esos trabajadores que tienen que compaginar su trabajo con las clases de formación. Y si eso les quita la mayoría de tiempo, luego, todas las horas y horas que tienen que meter en la biblioteca ¡son pocas!

Estos son un par de ejemplos, pero creedme que hay muchos más, de como en nuestras vidas no le damos cabida al tiempo libre, lo infravaloramos, muchos lo dejamos como una asignatura pendiente o simplemente no somos conscientes del valor educativo que tiene el tiempo libre. En el tiempo libre, la educación que puede desarrollar un menor es esencial y básica para el desarrollo de su personalidad. Refuerza las aptitudes de uno mismo, ayuda a conocerse y a crecer. Son muchas las capacidades que puede desarrollar una persona en el tiempo libre y más si hablamos de los menores en pleno desarrollo y crecimiento. Veamos tres de estas aptitudes.

  1. Educación en afectividad: En el recreo, en el descanso del trabajo, en una comida o tomando unas cervezas con los amigos, en cada conversación que tenemos, ya sea con conocidos o desconocidos, decidimos cuanto afecto queremos mostrar, sabiendo que al abrirnos nos hacemos más vulnerables. Y aprender a regular este ámbito puede marcar la diferencia entre ser alguien muy cercano y cariñoso o frio y desconfiado.
  2. Autonomía: Jean William Fritz Piaget, considerado el padre de la epistemología genética estudio el desarrollo cognitivo de los niños y los hizo mientras los niños jugaban en su tiempo libre, y estableció que la maduración moral de los niños se produce (entre otros principios) en la fase de la autonomía.
  • Dialogar: Sin duda alguna, saber dialogar es una batalla en la que todos cabalgamos, y sufrimos las consecuencias cuando no llevamos la conversación a buen puerto. Si en nuestro tiempo libre decidimos viajar, a un país con otro idioma o dialecto, desarrollaremos la comunicación de una forma más rápida y eficaz, por eso son varias las personas que deciden mudarse a otro país de forma temporal para aprender el idioma, (inmersión lingüística).

Valoremos el enorme trabajo que hacen los EDUCADORES  y los MONITORES, y animemos a las próximas generaciones a valorar el tiempo libre que tienen y como utilizarlo.

Jonathan Zabalza Segarra